Ayer descubrí que no estoy entre los cinco finalistas del Premio Minotauro 2011. Era la primera vez que participaba en un concurso en serio, sin contar victorias de instituto, y no lo considero del todo una derrota (sinceramente la novela apesta), pero he pensado en el coñazo que me supuso escribir, imprimir, encuadernar y mandar el manuscrito; un único manuscrito. Soy joven pero tengo poca paciencia, voy a colgar aquí todo lo que haga, escritos, canciones, quizás ilustraciones. Será poco material y cada mucho tiempo, soy asquerosamente vago.
Todo tiene su público, a alguien le gustará mi mierda por escasa que sea.